25 sept 2009

Primer relato del blog: Noche en vela


La luz plateada de la luna se filtraba entre la densa niebla londinense y entraba por los ventanales del salón.
Era la única luz de la estancia e iluminada una tupida alfombra color grana con refinadas filigranas doradas que cubría la mayor parte del suelo. Pocos muebles más ocupaban la habitación, pero todos ellos eran de suma elegancia y exquisitez. Viejos tapices, de valor inestimable cubrían las paredes. Algunos tenían siglos, otros eran de sublime belleza, y muchos de ellos eran únicos y originales.
La enorme estancia estaba ocupada tan solo por estanterías repletas de libros, todos muy bien organizados, que eran tan solo una ínfima parte del total de la colección .También había un viejo escritorio en desuso y un sillón.
Pese a su portentosa riqueza, y pese a la cantidad de libros y obras que había podido admirar, su propietario no estaba satisfecho.
Tenía miles de libros, en diferentes lenguas, de diferentes estilos, formas y tamaños, y también disponía de todo el tiempo libre que deseara, hasta que su corazón cesase de latir, la cual cosa le había permitido leer cada uno de los libros que poseía. Algunos le divertían, algunos simplemente le entretenían, otros le comunicaban sabias enseñanzas o lo hacían pensar. Algunos le llevaban a otros mundos, algunos le hacían viajar, otros le hacían enamorarse… Sin embargo, el lector no estaba satisfecho.
El tic-tac de un reloj determinaba el paso del tiempo. Pasaba de la media noche, y el lector no había podido conciliar el sueño.
Tic-tac.
Conforme pasó la noche, la poca luz que atravesaba los cristales disminuyó de intensidad hasta apagarse por completo cuando el cielo quedó completamente cubierto de nubes.
El único habitante de al ostentosa mansión ocupaba su lugar en el sillón de terciopelo escarlata, fumando de una pipa de madera de brezo.
Aspiró el humo, chasqueó la lengua y exhaló el humo. Se sentía aburrido, se sentía vacío.
Tac Tac Tac
Correspondiendo al sentimiento interno del señor de la mansión, afuera empezó a llover.
Tac tac tac
Las gotas golpeaban los ventanales.
Chupó de la pipa, chasqueó la lengua y echó el humo.
Dejó de lado la pipa, que se apagó sola, y encendió una cerilla con al intención de encender un candil. Adoraba la soledad, y no rechazaba la tranquilidad, pero la completa oscuridad le volvía un tanto nervioso. El fósforo prendió al contacto con la lija, y una pequeña lama surgió en al puta de la cerilla. El nuevo foco de luz titubeó un poco, y las sombras de la habitación temblaron con él. Antes de que se levantara, una corriente de aire lo hizo apagarse definitivamente .
El hombre maldijo por lo bajo.
Un rayo iluminó el salón, seguido de un gran estruendo.
Como un rayo, una idea cruzó el pensamiento del huraño habitante.
Había encontrado algo que terminara con su aburrimiento, algo nuevo con lo que experimentar, algo diferente a todo lo que había visto, escuchado o leído. Desde al penumbra de la habitación, sonrió.
Tic-tac
Siguió sentado durante largo rato y dejó que el pensamiento creciera y se formara en su mente.
Acto seguido, se levantó y se acercó al escritorio que había a la otra punta de la habitación. Frotó una cerilla y la acercó a un grueso velón, que ocupaba el escritorio junto con una caja de madera oscura, traída de los árboles del Amazonas, decorada con filigranas de oro.
Apartó la silla y se sentó. Paulatinamente, abrió la caja, como con miedo y extrajo un frasco de cristal con un tapón de corcho, relleno de oscura tinta, y una pluma de águila de tonos pardos.
Afuera seguía lloviendo y tronando, pero ni el ruido de las gotas salpicando el cristal, ni el retumbar de los truenos lograron sacar a aquél hombre de su ensimismamiento.
Las musas lo habían visitado, la inspiración había llegado, y su imaginación iba a hacer le resto.
Destapó el frasco de tinta y mojó en él la punta de su pluma. En cuanto esta rozó el pergamino, el embrujo se apoderó de él.
El ávido lector traspasó una barrera invisible hacia un mundo desconocido para él: el mundo de la imaginación y la creación.
El ahora
escritor dejó que su mano guiara la pluma, convirtiendo sus pensamientos en palabras formadas por pulcras letras.



La luz plateada de la luna se filtraba entre la densa niebla londinense y entraba por los ventanales del salón.



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Noche en vela by Angel Simón is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 3.0 España License.
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13 comentarios:

Anónimo dijo...

te recomiendo que antes de publicar algo, revises una y otra vez los fallos de ortagrafia...

Anónimo dijo...

esto es un relato? lo digo xq no cuenta nada!
mucho juego de palabras y mucha palabrería... xro no cuenta nada... :S

Leara Martell dijo...

HOla ^^

Pues yo voy a intentar hacerte una crítica constructiva.

Tanto como "fallos ortográficos" no hay, erratas que podrían llamarse. El "sólo" cuando se puede sustituir por solamente, lleva tilde. Y bueno, para mi gusto hay un par de párrafos en el que repites demasaido seguido "libros" y "algunos". No me suena bien.

Sí cuenta cosas... quizás no demasiado impactantes, pero bueno.

Para mí (y para mis profesores), la dificultad y el atractivo de los relatos cortos, frente a los largos es que, con pocas palabras, produce al lecto un deshasosiego. Te llama la atención, hay cosas novedosas, sorpresivas, finales que no te esperas. DEberías intentar enfocar las cosas por ese lado.

Piensa: ¿Qué sentimiento buscabas despertar en el lector cuando leyera tu relato?

Te voy a enlazar a mi blog de relatos. Si quieres échales un vistazo y así entiendes mejor a lo que me refiero!

Un saludo

Anónimo dijo...

es malisimo!jaja
entrad al blog de mi mejor amigo:
http://www.elbuscadordeestrellas.blogspot.com/

Anónimo dijo...

quizás si os huvierais esforzado en intentar "pillar" la metafora qe se esconde dentro de este relato... ¬¬

Carlos.

Angel Simón dijo...

Gracais por vuestros comentarios tanto a los constructivos como a los que no. ^^
Leara muschísimas gracias por tu comentario, lo tendré en cuenta.
Me alegra ver que almenos alguien lee el blog.
Y todavía mñas me alegra saber que carlos almenso ha entendido la esencia del relato.
Narra el proceso de un lector aburrido (yo, metafóricamente) que se adentra en el mundo de la creación de sus propias historias.
Espero poder actualizar pronto.
Saludos! ^.^

Leara Martell dijo...

Qué comedido Ángel,

A mí me jodería un montón que vinieran Anónimos (que ni siquiera tienen nombre) a criticar tan gratuitamente, después de todo el esfuerzo que le ha puesto el chaval.

Nadie nace sabiendo, pero a mí me encantaría leer algo del señor-no-existo mejor amigo del buscados de estrellas

Angel Simón dijo...

Gracias Leara por defendeme, pero no quiero darle importancia a las criticas no productivas, como tu dices,pero sí que voy a fijarme más en mis errores, y tratare de enmendarlos.
Leara, a que blog me ibas a enlazar? He visto quue tienes varios en el perfil xD
Intento actualizar pronto, a ser posible esta noche.
chaos y saludos!

Anónimo dijo...

xdona xro alguno si escrivimos en anonimos es xq no tenemos un cuenta google o perfil de blog.. listilla! ;)

Angel Simón dijo...

Venga, por favor. No os metais entre vosotros, buen rollo. Esto está para opinar, y creo que Leara se refiere a los que atacan el relato y publicitan sus blogs sin ni siquiera dar un nombre, aunque sea al final del comentario.
venga, buen rollo, y espero que os guste la nueva entrada

Leara Martell dijo...

A Pray For Forgiveness

Leara Martell dijo...

el blog que me preguntaste, se entiende. Estás en alertas

Anónimo dijo...
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