El Sinsajo que está triste y azul...♪♪♪ (Cómo lo hice mío)

Holaaa a todos!!!
Veo que tengo unos cuantos seguidres más. ¡Bienvenidos! Estaré encantado de escribir para tod@s vosotr@s.
Ale, hecha la presentación, paso a lo que interesa de la entrada. Sí, hablo del libro que ha revolucionado la bloggesfera: Sinsajo, de Suzanne Collins.
Tras leer los dos primeros tomos de la trilogía, no pude esperar a leer el tercero en español, así que lo conseguí en inglés: Mockingjay. Lo leí bastante rápido a pesar de ser en inglés, pero es que me costaba mucho despegarme de sus páginas. si hay algo común a cada página de cada libro de esta saga es la tensión. Esa tensión que te pega al libro como la corriente que te paraliza al subir a una escalera de un aerodeslizador (Si habéis leído alguno de los libros, me entenderéis).
Aún así, lo he comprado en español para releerlo, aunque esta vez con más calma.

Por supuesto, os contaré cómo y cuando lo conseguí.
Tuve que ir a la capital (Valencia) para matricularme en la universidad (por fin soy estudiante de periodismo, ahora sí), así que nada más terminar, cogí el metro y me planté en la puerta de la Fnac de San Agustín. Es más, lo hice demasiado pronto. ¡No habían abierto todavía!
Por eso, nada más abrir (a las 10) entré y me subí a la primera planta (libros) para buscar Sinsajo. Tras darme dos vueltas por al sección Juvenil no lo encontré. Menudo susto me llevé.
Pero pronto vi a otra mujer (unos 20 años mayor que yo) que cogía el libro de un cajón verde, lleno de ejemplares. ¡Los dependientes de la fnac no se habían dignado a ponerlo en una estantería! ¬¬'
Entonces vi la portada brillar, reflejando ese sinsajo sobre un cielo azul. De tal forma cambió la expresión de mi cara, que la mujer dijo "Tu también lo estabas buscando, ¿no?"
Así era. Y comenzó una breve conversación sobre la saga, de la cual yo ya sabía el final. A ella le encantaba, y estaba ansiosa por leer el final de la historia de Katniss. Cogió otro ejemplar, para un primo suyo, según entendí. Pero ella se tenía que quedar a esperarlo.
Me despedí de ella y bajé. Pasé por caja y pagué.

Por fin, ¡Sinsajo era mío! Y fuí el primero en comprarlo (almenos allí). En 10 minutos estaba ya en la estación, re-leyendo el primer capítulo. (Ahí a la derecha tenéis la prueba gráfica, de calidad pésima)